martes, 31 de enero de 2012

Vos sabes
que en cada segundo
parto lejos
una y otra vez.
Vos sabés.
y de quererlo
hasta podrías acompañarme.
Tanta es nuestra amistad.

lunes, 30 de enero de 2012

Mujer Cuba

Yo amo a tu Cuba libre
Respeto a tu Cuba hermosa,
sincera, mujer como pocas,
mujer para enamorarse
y existir en ella.
Vos darías todo por tu Cuba libre,
darías mi vida también,
o me apartarías para que no sufra.
¿Sabés que haría yo entonces?
Iría con vos, junto a tu lucha.
Y si te hieren primero,
se mancharían mis manos
blancas de mujer,
no mujer Cuba,
se teñirían de sangre
con tu rojo furia.
Sangre roja de revolución
roja de ideas.
Y quedarían rastros en mis manos
que no borraría nunca más.
Para mirarlos y ser vos,
para pensar y ser vos,
para guardar tus gestos.
Yo iría con vos a la lucha,
tu lucha que envuelve
rencores y tinieblas,
dulce amor mío.

Mi problema
es esta lucha de amor ahora
ya que estas lejos de mí
por otros lados del mundo.
Mi problema es vencer esta ausencia
tan triste y desgarrante
como la propia guerra,
esa guerra de astucia y tirania
que esconden tu partido y sus fronteras.
Mi lucha es cotidiana pero importa.
Se trata de explicarte que te quiero.
Esta lucha se trata
de vos y de mí.
Yo amo a tu Cuba libre,
esa misma que es tan tuya, claro.
Y por ser tuya, claro,
vos
amame a mí.

El futuro ya llegó

Esta carta la escribí hace 20 años. Es perfectamente aplicable, 20 años después. Sería cuestión de aplicarla a otras situaciones existentes existentes en cualquier carrera universitaria. Diganme Ustedes si no es tal cual…

“Hace dos años empecé el Ciclo Básico Común para la Carrera de Ciencias Veterinarias.
Entre las seis materias que tenemos para lograr el ingreso a la Universidad, está Matemática. Esta materia, que de por sí suena temible debido a las vueltas y recuperatorios que debemos enfrentar mientras la cusrsamos en el colegio secundario, puede llegar a convertirse en el “cuco” del CBC.
Al CBC lo curse en la sede llamada Drago. Allí, cadsa materia d¡se divide en diferentes cátedras; y esto no es casualidad. Cada una tiene formas diferentes de desarrollar los contenidos.
Pero esta carta no informa sobre el desarrollo de estos estudios básicos para ingresar a las carrera.
Esta carta es una denuncia a la realidad de esta situación, que por drástica hasta puede lograr que un alumno abandone una carrera, pensando que no es capaz.
El caso concreto es que mi primer curso de matemática fue en la cátedra Hansen, reconocida por los alumnos de Drago por ser el fantasma del cuco matemática. Y es para tanto.
En esta cátedra tuve la mala experiencia de no aprender nada en absoluto. Un docente explicaba el tema concretamente porqué no hacía falta explicar más “ya que están los libritos de teoría, a los que se puede recurrir”. En realidad, esos apuntes tenían apenas algún contenido más que el explicado, y a la hora de resolver problemas no servían prácticamente para nada.
Así pasé dos meses, perdiendo mi tiempo miserablemente por la angustia de querer entender y no aprender nada. Y llegó el parcial tan mencionado, para el cual, en definitiva, ellos nos daban las explicaciones concretas.
No pude realizar ni uno solo de los ejercicios.Ni siquiera alguna cuenta de las planteadas. El resultado, dos semanas más tarde, fue el que esperaba: un cero, el primero de toda mi vida de estudiante. Muy doloroso.
No la seguí cursando. Aprobé las demás materias, excepto física y , por supuesto, matemática. Me anoté para el año siguiente.
Ese año me tocó en suerte otra cátedra: Melguizo.
Esa vez sí aprendí matemática. Se tornó fácil, con una didáctica que me permitió comprender lo que me estaban enseñanado. Fue muy exigente: debía estudiar en forma permanente, asistir a todas las clases para trabajar en grupo y los docentes tomaban parciales semanales.  La historia final: promocioné con nueve. El cuco se fue y aprendí los conceptos matemáticos que pretendían que incorpore.
Veinte años más tarde, transcribiendo lo que en ese entonces escribí con las teclas de mi máquina de escribir, quiero agradecer a los docentes de la cátedra Melguizo por su empeño y dedicación, por enseñarme y darme la oportunidad de poder probar cuanto se puede o no se puede lograr frente a una meta tan impresionante como una carrera universitaria.
La educación no debe ser según la suerte de un sorteo: con esta cátedra sí, con está no.
La docencia es un mundo, y en él hay personas diferentes. Pero es injusto permitir una diferencia tan marcada entre cátedras. No se puede dejar que jueguen con el tiempo joven, solo porque tienen ganas de hacerlo. No se debe pisar la cabeza de un estudiante con un cero, porque así es mejor para que ingresen menos.
Qué ellos hagan lo que en verdad deben hacer, que es enseñar. Qué desarrollen los contenidos que se deben aprender, y luego cada estudiante verá lo que puede hacer con ello. No quiero que elijan por mí.
No vaya a ser que por la enseñanza de ciertas cátedras, como claro ejemplo la de Hansen, la educación universitaria se convierta en un juego de lotería. Porque entre las cátedras Melguizo y Hansen hay mucho más que una nota o un juego de azar: hay una realidad actual que puede determinar decisiones futuras.”
 
El futuro ya llegó. Cursé unas veinte materias de las treinta y tres que componen la carrera de Ciencias Veterinarias, además de la seis materias del CBC…
No concluí la Universidad. Me hice mamá, y siempre fui una trabajadora. No logré ese objetivo profesional.
 Hoy soy docente, y me enorgullecen las palabras con las que pude expresar en ese momento, la desprolijidad y parte del déficit del sistema universitario… 

Asesinos

Algunas bestias del destino se apoderan de la suerte esta mañana. Las banderas argentinas flamean a media asta declarando un duelo nacional.
Las bestias todo lo pueden. También pueden pertenecer a este mundo. También podrían ser felices, pero no lo creo. Los pienso inmundos y valientes de miseria, los creo aún más peligrosos que la más peligrosa víbora venenosa de esta tierra. Esta tierra que no les pertenece ni les pertenecerá nunca. Esta tierra donde son pequeños, tan insignificantes como una mínima partícula, apenas una sola partícula de polvo desafiando a los mares, desafiando a los sueños, sueños de mares de oxígeno llenando las calles, dejando a la partícula tan pequeña y sola, dejándola inmóvil, innecesaria. Entonces la partícula ya no existe. Ya es otra vez la nada en este universo.
El cielo está gris por las almas grises, almas con humo, almas desgajadas, sin victorias, bocas con nada por decir  porque el espanto de sus sombras las vuelven mudas.
Estamos divididos, estamos solos. Es inmensa la noche que llevamos por dentro. Estamos tan estáticos frente a la hipocresía. Estamos firmes, como estatuas que miran lo eterno para siempre.
Estamos frente a todo lo que merece ser nuestro. La indiferencia tiene que quedar de lado. Sería un paso menos para poder ser mejores.
Debemos enseñarle a nuestros hijos lo que mejor sea para ellos. No deberíamos entregarles ni un solo dolor, ni el más mínimo. El dolor de la injusticia, el dolor de la trampa debe llevarse lejos, hasta transformarlo y hacerlo inexistente.
Tenemos que encontrar el modo de entremezclarle las cartas a nuestro demonio hambriento. Que nuestros hijos no sueñen rencor. Que el fuego de locura no queme sus manos, las manos deben construir, y se las necesita sanas. Las manos deben acariciar. Los pies deben crear caminos.
Queremos palabras que no hablen de odios.
Puede ser que la vida no sea muy fácil, pero nada es más difícil que la muerte.
                                                  

domingo, 29 de enero de 2012

Nuevos continentes

Esa noche caminamos otra vez las cuadras recorridas tantas veces.
La plaza de veía hermosa.
La luna reaparecía una y otra vez entre varias nubes.
Los pájaros cantaban. A las dos de la mañana  la plaza parecía una tarde de primavera, aunque sin sol, sin niños en las hamacas, sin gente transitándola. Tampoco había sonrisas, ni paz.
Quizás, besarnos fuese lo único que nos quedaba antes de nuestra muerte. Tal vez fue ese beso lo que nos salvó de la muerte y entonces, por salvarnos, ya no nos besemos más.
Desde esa noche ya mi mano no podrá acariciarte; mis manos traicionadas mis manos que ya no te pertenecerán para que no las partas.
Quizás el fuego  realmente ya no exista. Los dioses del Olimpo  ya no nos festejaban  y se burlaban de nuestros cuerpos, de nuestros pensamientos que volaban hacia cualquier parte.
Entenderé todo. Podré comprender cada paso, cada razonamiento, cada tiempo de tu soledad. Será que te conocí tanto y supe de tu maravilla.
Me alegró que me hayas recordado justo entonces y que estés ahí en el momento exacto en que tenía algo para darte.
Te ofrecí aquel obsequio que una vez significó compañía. Te lo dejé en las manos temblorosas, te lo dejé para vos, para que te lo lleves con tu historia nueva. Me pareció una buena idea, necesaria. Lo ibas a necesitar como amuleto, para encontrar la paz y para espantar la soledad de mierda, la soledad que te asusta y te hace triste. Te hace lejos.
Estaba oscuro. Estaba el recuerdo de lo que fuimos, porque fuimos tan grandes tan valientes tan guerreros. Fuimos hermosos pensamientos. Profundos sentimientos. Fuimos todo.
A este amor  lo desaparecimos vos con tus cosas y yo con las mías.
Esa noche nos miramos a los ojos por última vez. Y luego, al final de todo, mientras volvíamos por aquellas calles recorridas, el invierno  congeló los pasos.
Se resquebrajó el camino. Fuimos nuevos continentes.

Crecer

Ahora
sería conveniente callar
y saber percibir
señales.
Lo tibio del sol,
la voz de la lluvia,
la claridad de la luna.
Después,
despacio,
construirse otra vez
para encontrarse uno mismo
como tantas otras veces
pero sabiéndose distinto.


sábado, 28 de enero de 2012

Un día.


Te quiero.
Bajo este sol,
entre álamos y flores,
paseando en las baldosas blancas.
Te quiero
justo en esta calle,
en mi valle de General Rivas.

Amigo y amor

Una vez, amigo y amor, fue parecido.

Nombres.

Fernando.
Te llamaste así.
Construíste historia en mí.
Estuviste en mis pasos.
Sobrevolaste mis sueños.
Te entremezclaste en mis letras.
Fuiste gruesas lágrimas.
Viviste mi primer beso.
Fuiste un adiós intenso.
Crecí a tu lado, sin querer queriendo.
Te cedo este lugar en mi presente
como un obsequio de la vida.
Para que siempre seas recuerdo
entre las bellas palabras.

Dieciseis primaveras


Ya lo sé: voy a extrañar.
Y lo digo sólo hoy,
por vez primera y última,
por única vez.
Porque después,
después no volveré a tenerte nunca.
Y voy a necesitar
trescientos setenta y cinco días
para pensar
en otra cosa.

Contradicciones


Te quiero. Pero no...
No te vayas, no te vayas y sí, por favor...
A pesar de todo andate. Mejor no.

14 de septiembre de 1989
9:50 horas

T omo distancia porque así
Es más fácil mirarte
Y saber que dolés
Bien fuerte.
Tomo distancia entre
Las teclas y mi corazón,
Para no verte y silenciar palabras
Y momentos
Que ya
Ya
No quiero.
La soledad se avecina,
Inevitable,
Para mí con
Respecto a vos
Y
Para
Vos
C
O
N

Res pecto
A
M í .

Atentado



Se escuchó un eco de pronto
Y luego,
Despacio,
La soledad.
Las paredes
Todavía caen.
La bomba
Resuena
En los oídos sepultados.
Vidas
Que tienen y no que ver
Con esta realidad
Del maldito trueno
De las cuatro de la tarde.
Silencio ahora:
Suenan los gritos
Y el eco de ese fuego.
A cada uno le duele lo suyo.
Y a mí.
17-03-1992

Permiso


Permiso.
Este es mi silencio. También tuyo.
Después, mucho después,
En esta paz,
Digo perdón.
Este amor fue maravilla
Y te doy las gracias
De tenerte junto a mí,
De que me tengas
Tuya
Mío
No es nuevo decir
Te amo
Pero sabés,
Sé que sabés,
Es necesario.
En este silencio
De muchos soles
Puedo verte
En los reflejos del aire.
Y te tengo,
Efímero.

Estás.


Estás ahí, solo.
Luchás tus verdades.
El cielo no es celeste, pero sí por suerte,
tu alma.
La verdad es negra y lucha contra tus verdades.
Tu razón es un muro en el que chocan los despiadados.
Tu corazón guarda la verdad del mundo.
Lo escucho en tus gritos.