martes, 24 de marzo de 2009

Palabras a la memoria...


Hace 33 años muchos de los adultos que ven ahora, ya estábamos en este mundo. Eso nos pone en una situación particular en relación a lo que pasó el 24 de marzo de 1976.
Pensemos: nosotros no conocimos personalmente a San Martín, ni pudimos leer noticias sobre Belgrano en el momento en que pasaban cosas que tenían que ver con él.
Nosotros aprendimos sobre ellos a partir de escritos o documentos que otras personas han hecho.
Pero lo que se recuerda en esta oportunidad, sobre el 24 de marzo de 1976, si tiene que ver con recuerdos de los que aquí estamos, con gente conocida, con sensaciones de cosas que nos pasaron, con imágenes que vimos en la tele o en la misma vereda de donde vivíamos…
Fuimos protagonistas de esta parte de la historia. Estuvimos ahí.
Y hoy estamos acá para decirles que entre 1976 y 1983, se vivió una época horrible, tenebrosa.
No se podía decir lo que uno pensaba sobre el gobierno ni leer el cuento que uno quería. No se podía protestar en los lugares de trabajo, pues si alguien protestaba al día siguiente esa persona ya no estaba y no se la volvía a encontrar.
No se podía expresar desacuerdos con los que gobernaban ni cantar las canciones que más gustasen. Y si alguien se animaba y leía un cuento prohibido o cantaba la canción que le gustaba, entonces venían muchos problemas para uno y su familia.
Y así se sembraba terror, espanto, tristeza.

Pasaron 33 años de ese entonces.
Y si miramos alrededor nos damos cuenta que hoy tenemos muchos problemas con ciertas cuestiones.
Hoy tenemos muchas cosas para decir que no nos gustan.
Pero ya ven, aquí estamos, diciéndolo.
Hoy los desacuerdos se plantean y hoy vale luchar por un mundo mejor.
Hoy leemos los cuentos que tenemos ganas, y así tenemos por ejemplo la biblioteca del colegio, en donde hay cientos de cuentos que en 1976 no hubiésemos podido ni siquiera nombrarlos, pues estaban prohibidos.
Hoy estamos acá, sus maestros, sus papás, Ustedes, intentando luchar a cada hora por un mundo mejor.
Sigamos construyendo nuestra libertad. Cantemos verdades. Escribamos la historia de nuestro tiempo para llenarla con satisfacciones.
Así, dentro de 33 años más, cuando Ustedes también sean adultos, en ese entonces tengamos muchas hermosas cosas que contar del hoy.
Así dentro de 33 años, Ustedes también puedan contar que pasó en 1976 aunque no hayan estado entonces, y sepan explicarles a sus hijos porque esos hechos no deben repetirse NUNCA MÁS.